sábado, 13 de diciembre de 2014

Palestrina:
Compositor del Renacimiento italiano nacido en 1525 y fallecido en 1594.  Su obra destaca por su carácter polifónico sacro estando sus composiciones destinadas al acompañamiento de la liturgia católica. Se le considera uno de los maestros de la práctica polifónica de su época.
Entre su producción se pueden encontrar misas, motetes, letanías, magníficats, oratorios, y madrigrales (sacros y profanos).

Tomás Luis de Victoria:
Nacido en Ávila en 1548 y fallecido en Madrid en 1611 se le considera uno de los  compositores más representativo del Renacimiento español. A pesar de pertenecer a este estilo, se podría decir que las innovaciones que introduce en sus obras lo sitúan casi en el Barroco, convirtiéndose en una figura de enlace entre ambos estilos. Además de compositor también fue maestro de capilla.
Se puede señalar como dos de sus obras más características el Officium Hebdomadae Sanctae y el Officium Defuctorum.

Hoquetus:
Recurso rítmico recogido en los postulados estéticos del Ars Nova. Esta práctica consistía en alternar sonido en silencio en varias voces, de manera que la línea principal iba pasando por todas ellas. Cuando una sonaba, la otra callaba. La línea melódica era dejada por una voz y cogida por otra de manera continuada (como un relevo). Esta técnica evolucionó en los siglos posteriores convirtiéndose en un recurso clave para el desarrollo del contrapunto.

Discantus:
Este término designa prácticas distintas dependiendo de la época, pero en el caso de la Música Medieval, hace referencia a una forma compositiva en la que un solista canta una melodía que es acompañada por los demás integrantes del coro. Posteriormente, ya en el Renacimiento, hará alusión fundamentalmente al contrapunto.

Capilla musical:
Grupo de músicos (cantantes e instrumentistas) que tocaban en palacios, catedrales y monasterios bajo la protección de reyes, nobles o iglesia.
En el caso de reyes y nobles, designaban varias funciones. Por una parte, servían al ocio y entretenimiento de sus señores y, por otro, eran utilizados como un símbolo de poder y de propaganda de la casa.
En el caso de la iglesia, la capilla se dedicaba a acompañar todos los actos litúrgicos del años.
Estos músicos estaban dirigidos por el maestro de capilla que, además de dirigir y enseñar a los músicos, también componía, buscaba posibles nuevos y buenos integrantes para la capilla... Velaba, en definitiva, por el buen funcionamiento y consolidación de la institución.

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